Hace ya años, que escuchamos que hay que controlar la cantidad de sal que se consume, viene prohibida a las personas con problemas de hipertensión, y a aquellos con enfermedades renales por diversos motivos, pero ahora, además hablamos de distintos tipos de sal, y se adjudican efectos “beneficiosos” a algunos de ellos, veamos juntos la diferencia.
La sal marina se obtiene directamente de la evaporación del agua del mar. Por lo general, no se procesa y eso le permite retener cantidades muy pequeñas de minerales como magnesio, potasio y calcio.
La sal común se obtiene de depósitos de sal y es refinada para darle esa textura que la hace mucho más fácil de incorporar y disolver en las preparaciones, hay que recordar que, en Venezuela al procesar la sal se le añaden minerales beneficiosos como el yodo, para prevenir la aparición de enfermedades como el bocio.
La sal del Himalaya, por su parte, es una sal de roca de color rosa procedente de las minas de sal de Khewra en Pakistán, y comúnmente se le atribuyen beneficios a la salud.
Ahora, cuál de estas es realmente la mejor?
Ninguna, las 3 contienen porcentajes de cloruro de sodio entorno al 98 y 99%, lo que las hace prácticamente idénticas, y por lo tanto es igualmente importante controlar la cantidad que se consume diariamente.
Una investigación realizada en el Reino Unido, por la CASH (organización de apoyo al consumidor) y la revista Which, evaluó la composición química de distintas marcas de sal de mesa y marina, obteniendo como resultado que iguales. Por otro lado, una investigación llevada a cabo por la Oficina de Salud Pública y Seguridad Alimentaria en Alemania, demostró que, luego de probar 15 productos diferentes, la sal del Himalaya está compuesta en un 98% por cloruro de sodio. El 2% restante está formado por ocho oligoelementos y un contaminante, la polihalita.
Recordemos que, nuestro organismo, necesita sodio para funcionar apropiadamente. Éste realiza importantes funciones en la transmisión del impulso nervioso a través de los nervios, en la contracción muscular y mantiene el adecuado balance de los fluidos corporales, pero en realidad hay suficiente sal natural en la fruta, vegetales, carne y pescado, para mantener estas funciones, por lo que se podría eliminar la adición de sal a nuestras comidas, tal como ha recomendado, Graham MacGregor, professor del Instituto Wolfson de Medicina Preventiva (UK).
Si deseas controlar la cantidad de sodio que consumes, es importante leer las etiquetas de los alimentos, para saber los niveles de sodio que contienen, y trata de escoger aquellos que no superen los 147mg por ración recomendada del producto.
La Organización mundial de la salud, recomienda 5gr al día para adultos (alrededor de 1 cucharadita) y 3gr al día en niños, incluyendo la que se usa para cocinar.
Cualquiera de éstas que decidas utilizar, ten presente en no superar las recomendaciones de la OMS, y que lo mas importante siempre, es la moderación.